Historia de una búsqueda

Desde que empecé a intentar pasar al ordenador los trabajos de la carrera, allá por el año 1990 y con un glorioso Amstrad de 64K dotado de un Windows antediluviano, me topé con el escollo insalvable de tener que insertar palabras en griego o símbolos especiales como vocales largas y breves. Supongo que a casi todos los que nos dedicamos a esto de la Filología Clásica nos ha pasado en algún momento algo parecido. Pero yo soy especialmente tiquismiquis con los refinamientos tipográficos, y aquel trabajo sobre el Indoeuropeo escrito con el Write, que presenté con todos los textos griegos escritos primorosamente a mano, no era mi ideal de un trabajo bien hecho.

Así que encontré una solución: si te salías de Windows y ejecutabas en MS-Dos el añorado WordPerfect 5.0, no sólo te encontrabas con un procesador de textos muy completo, sino que disponías de una amplia colección de caracteres extendidos que incluían un juego completo para el griego clásico. Incluso se podía crear un teclado especial para escribir directamente en griego. Estaba muy bien, pero tenía algunas pegas: tardaba siglos en enviar la información a la impresora, se colgaba muy fácilmente si los textos griegos eran de más de tres palabras, y, lo más terrible para mí, cada letra griega tenía una forma y un grosor diferente -algunas incluso parecían cursivas-. No era una solución satisfactoria, pero era lo que había, y sé de gente que trabaja todavía con textos de esa catadura.

Con el doctorado, allá por el ’92 o el ’93, cambié de ordenador a un 486 con Windows 3.11, lo que me obligó a intentar, sin éxito, que el WordPerfect 6.0 o el Microsoft Word 6.0 me hicieran un servicio parecido al de mi viejo Amstrad. Pero no había modo. Empecé a desesperarme. La búsqueda se hizo más angustiosa, porque parecía imposible que no pudiera hacerse algo tan sencillo que programas más antiguos habían conseguido. Llegué a machacar tanto el Word que conseguí hacer fórmulas matemáticas que mezclaban la frustrante fuente Symbol que venía en Windows con acentos y espíritus improvisados. Aunque chapucero, era mejor que nada, pero no era compatible con nada más y daba un trabajo enorme escribir cada palabra.

Muestra de la fuente WP Greek Century

Tras preguntar en mil sitios, conseguí tres fuentes true type que entonces me parecieron la panacea: WP Greek Century, WP Greek Courier y WP Greek Helve, que venían provistas con versiones más modernas de WordPerfect -y siguen viniendo hasta hoy-, y contenían casi todos los caracteres necesarios para el griego clásico. No es que fueran perfectas: las letras también variaban de grosor y forma, y no se podía escribir directamente con ellas desde el teclado, pero con maña y con las reasignaciones de teclas del Word conseguí pasarme pasajes enteros de la Ilíada para empezar a trabajar en la tesis. Fueron un alivio, pero tipográficamente seguían sin ser satisfactorias.

Por lo que pude saber, los usuarios de Macintosh tenían varios tipos griegos de serie en sus sistemas, pero yo ya me había comprado el PC, así que seguí buscando una solución para Windows. Y algún tiempo después me topé con las fuentes SuperGreek y Graeca. Sobre todo la primera era muy interesante: combinaba muy bien con los textos en Times New Roman, y se podían conseguir textos de aspecto homogéneo tipográficamente hablando. Era lo mejor que había encontrado hasta el momento, pero no podía ser una solución definitiva: a veces los acentos no cuadraban bien sobre las vocales, y el resultado no era semejante, ni de lejos, a una edición cualquiera de un texto de Oxford o de Alma Mater. Además, seguía tratándose de fuentes de símbolos, que el programa (Word) no entendía como textos escritos en griego. Era una solución sólo a medias.

Con ocasión de varios viajes y estancias en Atenas pude comprobar que en Grecia -como era de esperar- todo el mundo escribía directamente en griego con sus ordenadores. En griego monotónico, claro, pero en griego al fin y al cabo. Así que cambié de ordenador (pentium con Windows 95), y comprobé que yo también podía escribir en griego moderno con él, con fuentes sencillas como Courier, Arial o Times New Roman, tan sólo activando los idiomas no latinos que venían con el sistema y añadiendo el teclado deseado desde el Panel de Control. Era un paso enorme. Con Windows 98 ocurriría lo mismo, y sobre todo con el Word 97 resultaba muy claro que ése era el camino que habría que seguir: en un mismo documento, con un mismo tipo de letra, podías mezclar caracteres latinos y griegos (y cirílicos o hebreos), con lo que el efecto era tipográficamente inmejorable. El programa era capaz de reconocer en qué idioma estaba cada texto. Se trataba del sistema Unicode, y el Word era compatible con él. Pena que el sistema y las fuentes que existían para él se limitaran al griego monotónico.

En Atenas, con todo, encontré un sistema sencillo, a base de fuentes de símbolos de funcionamiento similar a los del WordPerfect pero de mucho mejor calidad tipográficamente hablando, que permitía escribir en griego politónico directamente desde el teclado, componiendo macros en el Word. Era el «Πολυτονιστής» de la empresa griega Μαζέντα. Al poco tiempo publicaron la versión Unicode del programa, lista para usarse con el Word 97, y con todas sus antiguas fuentes de símbolos reformadas a la nueva codificación. Seguia funcionando a base de macros, y no era aplicable a ninguna otra aplicación, pero era algo seguro. Cada carácter tenía su codificación propia, la homogeneidad del texto se conservaba a la perfección, y a una le invadía la sensación de haber llegado al buen camino. Es un programa que han ido actualizando para cada nueva versión de Word, y cuentan con una buena colección de tipos de letra, a precio asequible.

También empecé por aquel entonces (1999) a tener acceso a Internet, con lo que se ampliaron mucho mis posibilidades y mi información. Me enteré de que existían muchos sistemas para escribir en griego clásico, confeccionados más o menos profesionalmente, a base de fuentes de símbolos, cada uno con los caracteres codificados de distinta forma e incompatibles todos entre sí. El más interesante era Wingreek, con tipos tan bonitos como Milan o Korinthus. Y también se podía disponer de sistemas Unicode que añadían macros al Word, como el de Magenta: Antioch es el más interesante, ya que incluso regala una fuente Unicode cursiva, la Vusillus Old Face. Unicode era el futuro inminente. Sólo faltaba que el sistema en general, y no sólo el procesador de textos, fueran Unicode, lo que se consiguió más tarde con el Windows 2000, que incluía un teclado griego politónico por defecto y traía una fuente instalada, la Palatino Linotype, por lo que ya no hacían falta macros ni programas intermedios para escribir un documento mixto de cualquier idioma escrito en alfabetos latino y griego politónico.

En este punto estamos ahora: Windows XP ha incorporado el griego extendido a las últimas versiones de sus fuentes de sistema (Tahoma, Microsoft Sans Serif, etc.) , con lo que todos los PCs nuevos que lo lleven instalado contienen al menos una fuente compatible. El futuro Windows Vista también ha dotado a su fuente principal del sistema, la Segoe UI, con todos los caracteres griegos politónicos del Unicode. La prestigiosa empresa Adobe ha añadido el griego politónico a sus impecables fuentes Minion Pro y Garamond Premier Pro (a esta última con especial acierto), en formato open type (aunque el precio resulte algo prohibitivo). Los resultados, sobre todo con ésta última, pueden ser idénticos a los de una edición profesional de cualquier texto antiguo:

Además, los tipos de letra actuales que soportan la codificación unicode, de formato open type y true type, son multiplataforma, lo que quiere decir que pueden usarse indistintamente con Windows, Linux o Mac. Windows es, con todo, el que peor funciona con los open type, ya que sólo muestra las fuentes true type en el Internet Explorer; en el resto del sistema y en los procesadores de texto no da problemas. El sistema Macintosh es compatible con Unicode, pero sólo la última versión del MS Office para Mac (el 2005) es capaz de leerlo; en las distribuciones de Linux más usuales, sin embargo, no hay ningún problema ni de fuentes ni de codificación.

En fin, tan sólo resta esperar que el Consorcio Unicode se decida a incorporar poco a poco todos los caracteres fonéticos y gráficos que se precisan para transcribir cualquier texto antiguo, pero todo se andará. De momento, y para que sirva de muestra, ya han incluido el Lineal-B

10 comentarios Historia de una búsqueda

  1. Luis Inclán

    Quizá ya lo conoceís, pero me permito indicaros un programa para escribir en Griego clásico muy sencillo de manejar. Lo hallaréis en esta dirección:

    Euclides

    Lo ha desarrollado la Universidad de Barcelona.
    Saludos.
    Luis.

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  2. Sandra

    Hola, Yolanda.
    Si tienes Windows Vista no necesitas ningún programa adicional para escribir en griego clásico. Supongo que utilizas el MS Word como procesador de textos, ¿no? Bien, pues simplemente sigue los pasos que indico en la entrada «Instalación del teclado Griego Politónico Unicode para Windows», y podrás escribir sin problemas. Las instrucciones que doy son para Windows XP, pero en Vista es muy parecido, así que no tendrás ningún problema. Date una vuelta por el resto de la web y te enterarás de lo que es el griego unicode y cómo se usa.
    Un saludo.

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  3. Luis

    Gracias, Sandra.
    Acabo de resolver el problema. He localizado un convertidor que se llama edocprinter. Es el único, que yo sepa, que permite «incrustar» la fuente WP Greek Century. Es una alegría para mí. Espero que la gente esté advertida del peligro de las fuentes con licencia («candadito»). Muchas gracias por vuestra ayuda. Me pasaré de vez en cuando por la Web. Gracias por vuestra hospitalidad.
    Un abrazo.

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  4. Sandra

    Luis, me temo que no tienes demasiadas opciones. ¿Has probado a crear el pdf con el programa que te recomendé? No con el Adobe Distiller, con el PDF Creator.
    Si eso tampoco funciona, la única opción que te queda es convertir todo el texto a unicode, y no se me ocurre más que, o que lo hagas a mano, o uses el programa Antioch, que tiene un convertidor muy potente que tal vez incluya la Wp Greek Century. Puedes descargarte una versión de prueba -que funciona muy bien- desde http://www.users.dircon.co.uk/~hancock/antioch.htm .
    Si no sabes lo que es el unicode, date una vuelta por toda esta web, que lo explico de muchas maneras e indico cómo se usa con cualquier ordenador que tenga windows.
    ¡Suerte!

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  5. Luis Álvarez Falcón

    Gracias por tu respuesta, Sandra. La cuestión es la siguiente. En el texto al que me refiero, de aproximadamente 589 páginas, he ido intercalando citas de los fragmentos presocráticos, Platón, Aristóteles, y algunos otros. Desde un principio, he utilizado la fuente WP Greek Century, a través de «insertar símbolo» en el procesador Word, con lo cual los fragmentos citados aparecen como fuente Times New Roman, pero dependen de la fuente WP Greek Century, que tengo instalada en el archivo Fonts de Windows. Si desinstalo la fuente, desaparecen los caracteres griegos. Pocedo a convertir el archivo Word a PDF para poder publicarlo digitalmente. Mi sorpresa es que Adobe Acrobat Distiller no permite «incrustar» la fuente WP Greek Century porque está protegida con licencia, es decir, aparece con un «candadito». Una vez realizado el archivo PDF pruebo a desinstalar la fuente WP Greek Century y ningún programa puede leer los caracteres griegos. Intento incluir la fuente en el archivo Fonts de Adobe, pero sigue sin permitirme incrustarla. Conclusión: si el posible lector no incluye esta fuente en su archivo Fonts, no puede leer los caracteres. ¿Qué debo hacer? He intentado sustituir la fuente por otra, pero no hay correspondencia, teniendo en cuenta que está insertada desde símbolo y que no guarda una simetría con otras fuentes que no están protegidas (grega1, GrecaII, etc.) En fin, o encuentro una fuente WP Greek Century Craqueada, si es que existe, o reemplazo letra por letra todo el alfabeto, incluyendo todas las características del griego clásico, o qué hago?

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  6. Luis Álvarez Falcón

    Al respecto de vuestros interesantes comentarios, tengo un problema. Después de haber redactado un extenso documento con caracteres intercalados de WP-Greek Century, ahora resulta que el Adobe Distiller no puede incrustar la fuente porque tiene licencia. ¿Cómo cuelgo yo ahora el formato PDF de mi texto? ¿Su lectura está limitada exclusivamente a aquellos lectores que tengan instalada esta fuente? Ayuda, por favor!

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    1. Sandra

      Hola Luis. No sé exactamente qué error te da el Distiller al crear el pdf, pero, en principio, no debería ser ningún problema que los lectores que no tengan esa fuente puedan leer el documento, ya que casi todas las fuentes comerciales tienen licencia y ello no impide que se puedan ver.
      Prueba a generar un pdf con otro programa. Yo uso desde hace tiempo el PDFCreator, que es gratuito y se puede descargar desde http://sourceforge.net/projects/pdfcreator/ . Para usarlo, basta imprimir a él desde cualquier programa, y funciona estupendamente, además de ser mucho más rápido que el Adobe Acrobat.
      Si con todo sigues teniendo problemas, envíame una copia de tu documento y probaré yo a crearlo, a ver qué error da.
      Gracias por visitar la web, y ¡bienvenido! 😉

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  7. Pablo Rodríguez

    Sobre Segoe IU, Ulrich Stiel tiene un interesante artículo. (Para que luego a Microsoft se le llene la boca invocando la «piratería».)

    A mí, sinceramente por lo he que visto del Garamond Premier Pro, la verdad es que tengo muchas dudas de que realmente sea una gran tipografía.

    Por lo que parece, Robert Slimbach ha presentado a Adobe un diseño original (que como tal está patentado en Estados Unidos).

    Al tener que hacer una interpretación a partir de unos tipos que Claude Garamond y Robert Grajon diseñaron hace casi medio milenio, entiendo que el diseño final será muy atractivo, pero no especialmente legible.

    Me explico. No digo que sepa más de tipografía que Slimbach (ya me gustaría). Pero no es lo mismo diseñar un folleto que componer con ese mismo tipo un libro de doscientas páginas.

    Y ni siquiera tiene que ver con el número de páginas, sino con la legibilidad. Yo no compondría mi CV con esta tipografía. En todo caso, usaría Junicode y GFS Didot para el griego.

    Lo que es increíble es el precio de esta tipografía. 200€ en su paquete normal (8 archivos) y 300€ con tamaños ópticos (34 archivos). Bien, 500€ es lo que lleva cualquiera en el bolsillo como calderilla.

    Adobe las vende para instalar en cinco puestos de trabajo y da opción a renegociar el precio sin se necesitan más. Pero no si se necesitan menos. Así se extrañarán de que la gente no use tipos de letra (o no los compre, que es peor).

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